Llega un fulano una noche a un hotel, y pide una habitación. El encargado le dice:
– Sólo tengo una cama, en un cuarto compartido, pero nadie la quiere. Lo que pasa es que el otro huésped ronca muy fuerte.
– Si es sólo eso, no hay problema -dice el fulano.
Toma su llave y sus maletas, y sube a la habitación. A la mañana siguiente, el fulano baja de lo más contento y descansado. Intrigado, el encargado le dice:
– Buenos días ¿Durmió bien?
– Perfectamente, gracias.
– ¿Y el señor de los ronquidos?
– Él no pegó un ojo en toda la noche. Apenas ahora debe estar quedándose dormido.
– ¿?!
– Verá usted: anoche lo primero que hice al entrar en la habitación fue plantarle tremendo beso en la boca. Después de eso él se pasó toda la noche con los ojos abiertos como platos, y el culo pegado a la pared !!